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La trinchera infinita


El miedo.

El miedo dejó a muchas personas encerradas en sus casas casi de por vida. Ocultas tras las paredes de hogares aparentemente normales y destrozados por la guerra. El miedo a represalias fascistas, a un tiro en la cabeza y a ser arrojados a cualquier cuneta perdida en carreteras sin nombre.

La trinchera infinita nos cuenta la historia de una familia encerrada, de un marido oculto tras las paredes de su hogar durante décadas para evitar la muerte.

Los directores de Loreak y Handía vuelven con otra gran película, esta vez en castellano y con un enfoque totalmente distinto al visto anteriormente. Una obra en la que la tensión y el pulso narrativo se mantiene durante gran parte del metraje, sobretodo en su primera parte, donde la angustia y el miedo de sus personajes se traslada más allá de la pantalla.

Sus dos protagonistas, Antonio de la Torre y Belén Cuesta nos demuestran una vez más su gran nivel interpretativo, del que nunca puedo decir nada malo. Sumando a ello el gran papel dramático de ella, pues ya estaba yo acostumbrado a verla solamente en comedias.

Ya sabemos que la fotografía y el montaje de sus dos películas anteriores es perfecto, así como la dirección. Pero si hay algo que tengo que sumar a todo ello es la edición de sonido. Un punto muy a su favor, que mejora enormemente la inmersión dentro de la obra.

La trinchera infinita ha sido nominada a 15 Goyas y es una de las claras favoritas tras haberse llevado los premios de mejor dirección y guión en San Sebastián y, habiendo visto ya el resto de nominadas, es mi favorita. Veremos pronto el resultado.

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